Publicada el 7 de octubre de 2005, tras seis años de discusión, la Ley de Violencia Intrafamiliar se planteó como objetivo «prevenir, sancionar y erradicar la violencia intrafamiliar y otorgar protección a las víctimas de la misma», como lo indica su artículo 1°.
La norma derogó a la Ley N°19.325 de 1994, y vino a fortalecer las garantías legales y la protección de las víctimas de este tipo de maltrato, en consonancia con la creación de los Tribunales de Familia en el año 2004.
Asimismo, buscó establecer mecanismos de control más eficientes para el cumplimiento de medidas cautelares y sanciones, abarcar vacíos legales a través de la tipificación de familiares con un vínculo más alejado de las víctimas como yernos, ex cónyuges, ex convivientes y parejas que hayan procreado un hijo sin mediar convivencia.
Del mismo modo, la norma vino a otorgar mayor especificidad al tratamiento de estos hechos de violencia, incorporando herramientas destinadas a evitar avenimientos o acuerdos colaborativos de manera forzada, distorsión de la conciliación, problemas en las notificaciones, entre otros.